En la zona de San Antonio Texcala, prácticamente situada en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán pueden encontrarse ejemplares de esta especie de cactácea del género Echinocactus que han conseguido crecer hasta alcanzar un tamaño impresionante.
Éstas plantas están adaptadas al clima seco y árido de la región. Su epidermis es gruesa y serosa para minimizar la pérdida de agua por evaporación. Esto es claramente visible en los ejemplares jóvenes o en las partes nuevas de las biznagas gigantes. En su superficie externa desarrollaron una estructura ranurada en sentido vertical que facilita la conducción del agua del rocío hacia abajo, a las raíces.
En época de lluvias las biznagas florecen. En su parte superior presentan una superficie filamentosa muy fina y mullida de donde brotan delicadas florecillas de color amarillo. Estas flores son polinizadas por insectos y murciélagos.
Según expertos consultados en San Juan Raya, las circunvoluciones de su cuerpo pueden ser indicadores fiables de la edad de la planta. Los ejemplares de las fotos pueden entonces revelar una edad avanzada que se puede medir en varios cientos de años.
En puntos más alejados de esta zona se han llegado a observar ejemplares de tamaño aún mayor que los de las fotografías.
Normalmente se observan ejemplares que no sobrepasan la forma semiesférica y una altura de unos 60 centímetros. En la región son conocidas como "asientos de suegra" por obvias y jocosas razones.
El cambio climático global es evidente. En ésta zona los lugareños han reportado aumento considerable de humedad así como floración anormal y fuera de temporada de algunas especies vegetales. Esto puede beneficiar a algunas especies, pero lo mas probable es que otras resulten afectadas.
Las biznagas son sensibles al aumento considerable de humedad. Sus tallos entonces suelen ser víctimas de infecciones que las degradan hasta la muerte.
El suelo también puede ser reblandecido por la humedad hasta causar la caída de estas plantas, pues sus raíces crecen más en sentido horizontal que vertical y llega el punto en que no pueden sostener el enorme peso de la planta.
Esto es solo una muestra de cómo el calentamiento global puede afectar dramáticamente a algunas especies, las cuales no tienen oportunidad de adaptarse rápidamente al cambio y perecen.
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